Gracias Pau

Y. llegó el día, el día en que el referente para los amantes el baloncesto español ha decido no golpearse más el pecho tras una canasta.

Hoy se retira ese jugador, que a pesar de jugar en el gran rival de mi equipo, consiguió que disfrutara de cada movimiento en la cancha.

Hoy se retira ese jugador por el que, en unas finales de la NBA, deje en el cajón el verde Celtics y me enfundé mi odiado purpura y oro para intentar mandarle ánimos.

Ya no veremos más canastas oficiales de ese jugador, que lideró una familia de jugadores que nos hizo llorar en unas semifinales de un mundial tras lesionarse, pero que nos elevó a lo mas alto del baloncesto al liderar desde el banquillo esa imborrable victoria en el país del sol naciente.

Alargaste un año tu carrera profesional, por, porque no, sumar una medalla olímpica a tu palmares. No se consiguió, pero toda España estaba de pie aplaudiéndote ante la televisión en tus últimos segundos en la cancha.

Y hoy, como siempre a salido relucir la gran persona que eres, esa persona a la cual todas las estrellas de la NBA fueron a saludar, antes de celebrar una medalla de oro, por todo el respeto que les habías infundido.

Eres muy grande al recordar, en tu gran día, a tu hermano, Kobe, y hacer que a la mayoría nos salieran lágrimas para acompañarte en tu recuerdo.

Sólo me queda pedirte un favor. En este país de desagradecidos, sería un honor que en la próxima visita de tu equipo, el Barça, al Winzink Center, viajes con ellos y que salgas al centro de la cancha, porque yo y el 99% del pabellón, lloraremos y te aplaudiremos a la vez como te mereces, como ese gran jugador y persona que eres, para agradecerte todo lo que has hecho para que amemos más este deporte.

Por todo esto y por todo lo que me has hecho disfrutar con el balón naranja

gràcies Pau