Tras 11 temporadas al frente del conjunto madridista, el entrenador vasco dejará de formar parte de la entidad madridista, a pesar de tener un año de contrato.
Pablo Laso Biurrun, como diría Carlos Sánchez Blas, ya no es entrenador del Real Madrid de Baloncesto. Así de simple, y así de claro. El club blanco ha prescindido, de manera unilateral e inentendible, del mejor entrenador de su historia reciente. La decisión fue comunicada al entrenador vasco en la mañana del pasado lunes, 4 de julio, y viene a confirmar unos rumores que se han venido dando desde hace un tiempo, como era la falta de confianza de la sección, o más bien de Juan Carlos Sánchez, en el preparador vitoriano.
Y es que todo en este proceso de despido ha sido poco más que kafkiano. En un cruce de filtraciones, lanzadas principalmente por el club (que cuenta con una comunicación prehistórica) se hacía ver que Pablo Laso no estaba en condiciones para entrenar; por lo que, el club, en un acto de benevolencia y generosidad pocas veces vista, le ofrecía un año de descanso, mientras Chus Mateo se hacía cargo del equipo. Ahora bien, esto chocaba claramente con otra circunstancia, como es el despido del médico de la sección de baloncesto, a favor de la vuelta médica de Laso al banquillo, alineada con la postura del médico del propio preparador vitoriano, de la clínica Sanitas.
Un proceso poco claro, que deja muchas dudas (alimentadas por el propio club), y que deja entrever que hay algo más que una razón médica para la salida de Laso del Real Madrid. Y aquí es donde emerge la figura de Juan Carlos Sánchez, jefe de la sección, y poco amigo de Laso y del lasismo, que ya intentó sustituir a su entrenador jefe en varias ocasiones. La sensación generalizada que queda en el aficionado es que, el Real Madrid, ha aprovechado una situación poco ventajosa de Laso, en cuanto a la salud se refiere, para cesarle.
Lo que seguro queda dañado de manera muy grave es la imagen del Real Madrid. El club, que hace del señorío y la clase su lema particular, ha tratado el proceso de despido de una leyenda del club como un club disfuncional, con falta de rigor y empatía, movido más por intereses particulares que por el bien propio de la sección. Nada ni nadie, que estuviese en sus cabales, podría imaginar que la etapa gloriosa del Madrid de Laso iba a terminar con un triste y frío comunicado.
Pero así fue la manera elegida por el club blanco. Ni Valle-Inclán firmaría esta historia, más propia de telenovelas turcas que de un club serio de baloncesto. Laso se marcha del Real Madrid con 22 títulos en su haber, y la sensación de haber revivido una sección que iba abocada a la desaparición. Tras 11 temporadas, el Real Madrid es hoy uno de los mejores equipos del viejo continente, y deja atrás una de las etapas más oscuras de la historia de la sección, cuando el Madrid llegó a ser el tercer o cuarto equipo de España y no pintaba nada en Europa.
Así pues, Laso es mucho más que un entrenador para el Real Madrid de Baloncesto, ya que ha conseguido reenganchar a una generación perdida al baloncesto del Madrid, su Madrid. La calle Goya le debe mucho a este vitoriano, que se va como vino, sin hacer mucho ruido y con mucho trabajo detrás, El Madrid de Laso ya es historia del deporte. Gracias por todo Laso, y perdona al Madrid por no saber despedirte.