La evolución en el arbitraje

El arbitraje español está viviendo uno de esos momentos que podríamos calificar de históricos.

En los pasados J.J.O.O. de Río de Janeiro tuvimos la suerte de ser representados por Juan Carlos García González y Carlos Peruga, quienes arbitraron la final masculina y el partido por el tercer y cuarto puesto femenino respectivamente. En la Eurocup, Emilio Pérez Pizarro arbitró el partido de ida de la final.

Estos son sólo un par de ejemplos de los logros obtenidos por nuestros árbitros en la pasada temporada, pero hay muchos más que también podríamos enumerar (la lista es larga, que nadie se ofenda).

Que el arbitraje español siempre ha sido bien considerado a nivel internacional es un hecho, pero en los últimos años está viviendo una evolución muy favorable. Los nuevos vientos están trayendo consigo una nueva forma de arbitrar. Para ser más precisos, se le está dando mayor sentido a la palabra “arbitraje” diferenciando el “arbitrar” del “pitar”.

A cualquiera le podemos colgar un silbato del cuello, meterlo en una pista y que se ponga a pitar todo lo que vea (o que sea capaz de ver) pero arbitrar es otra cosa. Arbitrar es tener la suficiente templanza para mantener las pulsaciones al mínimo posible mientras jugadores y entrenadores están con las revoluciones a tope  (ellos pueden justificar una salida de tono al encontrarse en estado de alteración, el árbitro no).  El árbitro debe saber lidiar con todos los jugadores que hay en la pista, sus estados de ánimo, sus egos, sus faltas de respeto y lo que para mi es más importante, saber que como personas que son, cada situación es diferente a la anterior y nunca sabemos como vamos a reaccionar ante cualquier estímulo.

En cualquier caso, el árbitro ya sabe desde el momento que hace el cursillo que siempre va a ser el culpable de todo: si un equipo pierde, si gana pero le han pitado pocas faltas, si hace demasiado calor, demasiado frío, si los jugadores de un equipo son más altos que los del otro… aunque parezca mentira estos ejemplos son casos reales, de lo poco que me ha faltado por vivir es ser acusado de haber sido el culpable de la muerte de Paquirri.

El caso es que los árbitros tienen mucho trabajo aun por hacer. En mi último artículo hablaba de la gente que vive el baloncesto sin tener en cuenta que el árbitro también es una persona (aunque más de uno se niegue a creerlo)  y que por ello debe ser respetado, pero también dije que no concibo pedir respeto sin yo ser el primero en respetar a los demás.

Cuando hablo en un mismo texto del trabajo que aun queda por hacer, del respeto, de la evolución y de los éxitos es porque el arbitraje español ha vivido una transformación importante; hemos pasado del árbitro autoritario (aquel al que no se le podía ni mirar) al árbitro dialogante y empático que, si las circunstancias lo permiten y la actitud del participante es la correcta, se puede mantener una pequeña conversación/diálogo/explicación.

Según entiendo el arbitraje (vaya por delante que esto es una opinión personal, aquí no represento a ningún comité ni federación) el árbitro autoritario está fuera de lugar, ya no toca. Aquella época en la que todo era exaltación, altanería y según si sacabas más pecho te hacías respetar en mayor o menor cuantía, está caduca. Tal vez hace 20-30 años ese arbitraje era aceptado, pero como todo, el baloncesto en general ha evolucionado y ya nadie lo entiende. Los jugadores son más técnicos y más físicos, los entrenadores suben mejor preparados… ¡hasta hay clubes que se interesan por saber cómo es la vida de un árbitro para entenderlo mejor! El arbitraje también ha crecido, y esta vez ha sido para bien. Para mí, la diferencia entre un buen árbitro y un gran árbitro es la capacidad de controlar absolutamente todo lo que pasa en un partido de baloncesto, desde lo que sucede en el rectángulo de juego hasta los banquillos y la mesa de auxiliares. Para ello, el árbitro debe saber mantener un temple idóneo y a la vez transmitirlo a los demás. No pasa nada por escuchar a un jugador que no entiende lo que se acaba de pitar, no pasa nada por atender un momento a un entrenador que nos está hablando de forma educada.

img_6397Por supuesto, siempre apoyaré el diálogo siempre que se inicie en un tono cordial. Entiendo que uno puede estar alterado por el ritmo de partido, pero los gritos y gestos de desprecio sobran (insisto, esto no es fútbol) no obstante, desde aquí animo a todos los árbitros a que prueben a mantener un diálogo con jugadores y entrenadores. Evidentemente esto no siempre podrá darse, hay muchas situaciones de juego en las que no se puede/debe parar un partido para atender a alguien, pero si en un momento puntual se puede atender una petición os animo a que lo hagáis.

Entrenadores y jugadores quieren saber qué es lo que se ha sancionado. Aunque seguramente sigan sin estar de acuerdo, pero por lo menos se les ha escuchado y les habremos dado una respuesta acorde a nuestro criterio y lo que hemos visto en ese momento. Veréis como vuestra relación con jugadores y entrenadores cambia a mejor y así crearemos una empatía en ambas direcciones y pondremos nuestro granito de arena para que el baloncesto sea el deporte limpio que todos queremos.

Hoy en día es habitual entablar una conversación con un entrenador y que esté al día de reglamento, que además quiera saber de la técnica de arbitraje para entender por qué cuando hay dos árbitros una vez pita uno y en otra ocasión pita el otro. Esto me lleva a pensar que la gente que ama el baloncesto quiere seguir evolucionando, y el arbitraje no debe quedarse atrás.

Desde estas líneas os animo a todos a dar un paso adelante, a los jugadores y entrenadores os pido un poco de paciencia y que entendáis que igual que vosotros, los árbitros también nos equivocamos y que no siempre se va a poder dar una explicación. A los árbitros os pido que probéis a intentar mantener un pequeño diálogo, de verdad, no pasa nada… sólo somos árbitros, nada más. No somos policías, sólo somos árbitros. Por mucho sacar pecho y obligar a un jugador que levante la mano no seré mejor árbitro. Al contrario, perderé cualquier tipo de credibilidad que anteriormente haya ganado y sobra decir que no me estaré ganado ni el derecho a equivocarme ni el respeto que reclamo desde el principio.

Mucho ánimo a todos y que disfrutéis de un nuevo fin de semana de familia, amigos y deporte.

¡Larga vida al baloncesto!

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6 Comentarios

  1. Hoy en dia arbitrar requiere dominio del reglamento, del juego, preparación física, habilidades comunicativas. Los tiempos de «aqui mando yo» finalizaron…por suerte

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  2. Completamente de acuerdo, pero me gustaría apuntar un pequeño matiz, es importante ponerle sello personal y alma a las cosas, y ciertamente tendemos a ver, que todos son muy correctos, con los mismos movimientos, mismas decisiones….¿ pero realmente pueden desarrollar toda su personalidad o están siendo encorsetados en el modelo actual?

    Un abrazo a todos.

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    1. Hola David, disculpa que haya tardado en responderte, las fechas navideñas a veces son un poco complicadas para atender todo lo que quisiera.
      Opino que son dos cosas diferentes, por un lado está la mecánica y la señalización y por otro lado está la personalidad de cada uno aplicada al arbitraje. Es decir, con el tiempo y con la práctica se puede conseguir que todos los árbitros más o menos tengan la misma señalización y la misma mecánica (estoy de acuerdo en que todos tengan la misma mecánica, yo personalmente defiendo el estilo libre en la señalización) pero donde opino que es muy difícil condicionar el arbitraje es en el aspecto personal.
      Evidentemente cada uno tiene su sello personal, pero en el momento que uno se hace árbitro no puede actuar como quisiera libremente porque se debe a un comité a quien representa, además de muchísimos compañeros que se representan unos a otros. Con esto quiero decir que si yo soy un prepotente en mi vida personal y esto lo aplico en la pista, va a perjudicar mi arbitraje y en consecuencia a los miembros de mi comité.
      Dentro de la gestión de un partido respeto la iniciativa de cada uno y su propia capacidad de gestionar cualquier situación y, aunque estoy muy lejos de pedir que todos los árbitros actúen igual, si que estoy en contra de dejar que cada uno vaya por libre o lo que sería peor, que actuáramos sacando pecho y «tirando de placa» para hacernos respetar.
      Hace unos cuantos años un árbitro que respeto muchísimo y al que le debo gran parte de lo que he llegado a ser me dijo «tenemos que ganarnos el respeto de los jugadores». El respeto no se impone, se gana, y mientras haya árbitros que vayan por las pistas imponiéndose creo que seguirá habiendo mucho trabajo por hacer.
      Gracias por tu comentario, un abrazo!

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  3. Enorme reflexión Ern Olvera. Siempre he respetado la labor del arbitro. En el Baloncesto me gusta todo, me gusta ver a los jugadores, a los entrenadores y tambien me gusta ver a los arbitros. De los tres hay que me gustan más y me gustan menos pero todo es Baloncesto. Ya puse un video de como Cesar Dominguez controlaba una situación tensa en un aplauso unanime. También el otro dia vi como Julio Molina en un partido vió a una jugadora de mi equipo un poco tensa y ofuscada, con toda calma le preguntó que te pasa y ella dijo enfadada, nada y el le volvió a preguntar dimeló no pasa nada, ellá le recrimino que les «pegaban» mucho y que no pitaba nada. En mi opinión, la jugadora nuestra no tenia razón, pero el arbitro en vez de soltarle una técnica le dijo, muy bien tomo nota, La jugadora se tranquilizó y el juego siguió sin ningún problema. Aquí en Mallorca tenemos muchos buenos arbitros estos dos mencionados y algunos más. En mi caso mi baloncesto es el de Formación y simplemente como padre y aficionado. Me encantan esos arbitros que saben que los que juegan son niños y que casi siempre es mejor una reflexión que una tecnica porque saben que son NIÑOS. Pero tambien hay algunos que se ponen el traje negro y valgamé dios, algunos tienen perdón porque están empezando pero otros se deberían mirar un poco menos el ombligo. En algunos partidos me he ido muy triste del arbitraje que es mucho peor que enfadado. También entiendo que los arbitros son personas y pueden tener un día malo, pero justamente si los que he mencionado an tenido alguno yo he tenido la suerte de no coincidir en el. Espero que todos los arbitros que

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    1. Hola Toni, disculpa que haya tardado tanto en responderte.
      Esos ejemplos que pones son precisamente lo que pido en el artículo. No pasa absolutamente nada por dialogar con un jugador o entrenador en un momento puntual, es más, lo recomiendo. La situación gira por completo para bien en la mayoría de los casos.
      Lamentablemente siempre habrá de todo, aquí está la función de cada comité de localizar esos elementos y controlarlos por el bien del propio comité y del baloncesto.
      Espero que la próxima vez que hablemos tengas más anécdotas positivas que negativas para contarme.
      Un fuerte abrazo y gracias por tu aportación.

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