REAL MADRID 88-81 ZALGUIRIS
Gran victoria la cosechada por los hombres de Pablo Laso ante unos lituanos muy guerreros. Este triunfo acerca a los madridistas a la tan ansiada cuarta plaza que da derecho a ser cabeza de serie en los play-off. A pesar de ello, Zalguiris no dio ninguna facilidad y solo la buena defensa del Real Madrid en los instantes finales despertó a los verdes del sueño de la victoria.
En la vuelta de Doncic (11 puntos y 7 asistencias) el que imperó fue el eterno capitán, Felipe Reyes. Un buen vino que sigue degustándose con más ganas con el paso del tiempo. En los momentos complicados del partido y con 38 años, logró su mejor actuación del curso en Europa: 16 puntos y 21 de valoración en 13 minutos. Un engranaje perfecto como el creado por Jasikevicius. Un equipo que defiende, ataca, cree y confía. Una primera parte marcada por los parciales de cada equipo dejó con un sabor agridulce a los madridistas reunidos en el Wizink Center. Lógico, tras un 6/6 en triples y un 48% de acierto en tiros de dos de los de Kaunas. Al descanso, 41-48 para los visitantes.
La reacción llegó tras el paso por los vestuarios. Facundo Campazzo, inédito en la primera mitad por sus problemas de faltas, se puso la capa para liderar la remontada con ocho puntos consecutivos que enjugaron la distancia de un plumazo. Su inspiración contagió al resto de sus compañeros, sobre todo a Causeur y a Felipe Reyes. El francés, con ocho puntos seguidos, acercó la victoria, pero fue el capitán el que selló el triunfo con otra exhibición de pundonor bajo los aros.
Porque el Zalgiris, que nunca dio su brazo a torcer, había vuelto a estrechar el margen con un gran Pangos (67-67, min. 36). Fue entonces cuando Reyes sumó tres canastas claves para poner al Madrid mirando a la victoria. Al empujón del capitán se sumó Doncic, cuya entrega defensiva en los minutos finales terminó por decantar el triunfo blanco. Alegría que le permite seguir en la cuarta plaza, que da ventaja de campo en cuartos, antes de visitar al Estrella Roja y recibir al Brose Bamberg.
ARMANI MILÁN 89-93 VALENCIA
Valencia consiguió romper el gafe de la Euroliga y y ganó su primer encuentro lejos de España tras superar al Armani Milan por 89-93. Una victoria trabajada en la que, probablemente, no debió acabar sufriendo tanto en los últimos dos minutos del partido después de una gran segunda parte. Lo peor, sin embargo, la lesión de Sam Van Rossom aunque, tras una primera exploración, parece que todo quedará en susto.
El principio del partido no fue el deseado. Errático en el triple, sin apenas ritmo y poco intenso en defensa, el conjunto taronja concedió toda la iniciativa del juego a su rival. San Emeterio, tras superar su esguince de tobillo, hacía acto de presencia en la pista. El equipo reaccionaba tímidamente para recortar diferencias tras tres buenas defensa (20-17; min. 19). Sin embrago, un mal final de cuarto volvió a disparar al equipo italiano.
Sentó mejor el paso por los vestuarios al Valencia Basket, que firmó en la reanudación sus mejores minutos en el encuentro liderado por Van Rossom. Un parcial de 5-14 ponía la máxima renta para los taronja y obligaba a Simone Pianigiani a parar el partido (48-54; min. 25). La salida de los de La Fonteta pilló por sorpresa al Armani, que veía como su rival comenzaba a dominar el juego.
En estas llegó la lesión de Van Rossom, pero los valencianos no se vinieron abajo y se mantuvieron firmes con Sergi García y Erik Green. Los primeros pitos para el equipo local se dejaron sentir en la cancha y Pianigiani, una vez más, tuvo que solicitar tiempo muerto para buscar soluciones. No llegaron, al menos de inmediato, lo que puso aún mejor las cosas para los valencianos que ya acariciaban el triunfo (74-85; min. 36). Un triunfó que se certificó, así como una semana perfecta en la que además consiguió la victoria ante el Real Madrid. Está siendo más que elegante la forma en la que se está despidiendo este Valencia Basket de Europa.