Obradovic, con 8 Copas de Europa en su haber, se cruza en el camino del Real Madrid e intentará que Fenerbahçe alcance la gloria, ya que nunca un equipo turco ha levantado el máximo título continental.
Todo preparado en Estambul para la gran batalla. Comienza la pelea por alzarse con el cetro europeo y el Real Madrid aspira a conseguir su décima Copa de Europa de baloncesto ante uno de los rivales más complicados, el Fenerbahce turco que llega con la moral por las nubes a su Final Four en la que quiere certificar su primer título. Será la tercera Final Four consecutiva para los de Zeljko Obradovic, para ‘Míster Euroliga’ que afronta su 16ª Final Four y acumula ocho títulos de forma individual con cuatro equipos distintos. Los blancos le apartaron hace dos años, idéntica Final Four en el Palacio en Madrid, de la final que sí disputó y perdió el curso pasado contra CSKA. ¿A la tercera irá la vencida?
El conjunto otomano llega crecido a esta gran cita. Pasó por varias fases de juego discreto, incluso mediocre, seguramente lastrado por varias lesiones, y hasta sufrió para asegurar el playoff de cuartos, pero en el cruce arrasó al Panathinaikos y está acabando la temporada con el motor a pleno rendimiento. Los problemas físicos de los de Obradovic han quedado atrás y con una plantilla de relumbrón al pleno de posibilidades han enseñado los dientes. Por su parte, el Real Madrid viene de alargar un partido más su serie ante Darussafaka (3-1) y sin ninguna baja reseñable, salvo el nombre que tenga que unirse a Alex Suárez para ver el partido desde la grada. Dura decisión la de Pablo Laso, un Pablo Laso que desde su llegada ha reinventado al Real Madrid y con su juego ha enamorado a Europa. Por ello y como consecuencia directa, el equipo blanco pisa su quinta Final Four en los últimos siete años, con el título de 2015 en la capital de España y con la presencia en la final tanto en Londres 2013 como en Milán 2014.
Importante también será el ambiente con el que se encuentre el equipo madridista. El pabellón Sinan Erdem será un infierno. Y es que, además de jugar en casa del rival, la afluencia de seguidores del conjunto blanco será muy reducida. La razón: la turbulencia social que vive Turquía y, en especial, Estambul, la capital más grande del país. La ciudad del Bósforo ha sufrido numerosos atentados durante los últimos 14 meses e incluso sus calles fueron escenario de un intento de golpe de Estado que acabó con la vida de 248 personas. Ante esto, en el Real Madrid son conscientes de la fortaleza del rival, de que jugará con el ambiente en contra y de que deberá hacer un gran partido si quiere jugar la final el domingo y poder luchar por la Décima, pero su liderazgo en la fase regular y la mayor presión de los turcos por jugar en casa también pueden pesar en la decisión. “El ambiente da igual, es una final”, dijo Laso antes de viajar a Turquía.
Desde el seno del club blanco nos ofrecen dos claves: salir con la máxima intensidad posible y no perder la identidad como equipo. “Tenemos que hacer el baloncesto que nos ha traído hasta aquí y que nos ha llevado a ser el mejor equipo de la fase regular. Y, con ellos, tenemos que igualar su nivel de dureza», comentaba Felipe Reyes en declaraciones previas. También afirman que no le hacen caso a las estadísticas que señalan que el Real Madrid ha perdido en cinco de los últimos seis encuentros con los de Estambul. «Para mí no tienen mucho significado las estadísticas. No estoy pensando en eso y pienso solo en el partido de mañana y en que podamos ganar», había señalado anteriormente Sergio Llull, en rueda de prensa. «No me preocupan las estadísticas, me preocupa el partido de mañana. Aunque hubiéramos perdido veinte partidos, si el día siguiente jugamos una final, es lo que más me importa», comentó, por su parte, el técnico Pablo Laso.