Derrota inesperada por 83-87 ante el colista de la competición. Los serbios no conocían la victoria como visitante y los madridistas suman su quinta derrota en sus últimos siete partidos.
Sorpresa y de las gordas. Está claro que en esta Euroliga cualquiera te puede complicar un partido, pero el encuentro de ayer se presuponía de una superioridad blanca acorde con lo visto en la competición y lo reflejado en la clasificación. Nada más lejos de la realidad, las hordas de coach Alimpijevic se presentaron en el Wizink Center con la idea de hacer saltar la banca. Y lo consiguieron. Su intensidad a la hora de defender y la clarividencia en ataque, llegando a anotar 17 triples, apuntalaron su primera victoria como visitante en esta Euroliga.
La puesta en escena de los blancos fue mala. Sin corazón, sin garra y sin velocidad. Todo eso se esfumó con la entrada del chico de los prodigios. Luka Doncic sacó a los suyos del letargo en el que habían caído y con 12 puntos en cinco minutos y medio aclaró un poco el panorama en la casa blanca. 24-19 para acabar el primer cuarto y encarrilar el encuentro. Sin embargo, en el segundo cuarto llegó el apagón. Los serbios subieron la intensidad defensiva y los de Laso se esfumaron. Ante las facilidades blancas en defensa y su inoperancia en ataque, los de Belgrado campaban a sus anchas. Lessort mandaba desde la defensa, conteniendo a Tavares y colapsando la ofensiva blanca una y otra vez. En ataque, los mandos eran de Rochestie y Bjelica. Así y sin un atisbo de respuesta, el parcial de 15-27 endosado por Estrella Roja ponía el 39-46 al descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Real Madrid dio la sensación de salir con más ganas (no sé porque se esfuman durante el partido), con más intensidad defensiva y un parcial de 6-0 pareció ser el punto de partida. Pero muy al contrario, el Estrella Roja devolvió el parcial con un 0-8 que volvió a dejar al equipo español totalmente out. El encuentro se torcía cada vez más con el paso de los minutos llegando al 58-67 al final del tercer cuarto. Los buenos minutos de Rudy se verían reflejados en la pista con un triple nada más comenzar el último cuarto y los cinco puntos seguidos de Carroll daban alas al equipo y a la grada que veía como la diferencia se establecía en 1 punto. 66-67. Comenzó otro partido distinto, con tensión en las gradas y dentro de la pista, con defensas, con ataques, con tiros, con presión y, sobre todo, con triples por parte del equipo serbio que las metió casi todas desde la línea de 6,75 metros en esos momentos. Del 69-70, pasamos al 69-76. Los errores de Campazzo en dos faltas seguidas y la falta de ideas de Doncic en ataque le ponían en bandeja el partido a Estrella Roja. Pero Rudy no estaba por la labor. Gracias a él y a Doncic, ahora si acertado, el Madrid volvía del inframundo. Empate a 79 a falta de 2.40 minutos. Tras unas canastas y muchos errores a la hora de leer los ataques y las defensas, Pero Antic sentenció el partido. Jugadorazo donde los haya y con un par de personalidades bien grandes, el serbio anotaba un triple tras finta a falta de 7,7 segundos que hacía clavar una daga en el corazón madridista. Derrota y a complicarse la vida.