El Real Madrid empata la serie y silencia al OAKA

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Los blancos superan al Panathinaikos (82-89) liderados por un inconmensurable Felipe Reyes (18 puntos, dos rebotes, tres asistencias y 25 de valoración). Queda en nada la paliza del pasado martes y los de Laso recuperan el factor cancha.

48 horas. A eso se agarraba el Real Madrid tras la debacle del pasado martes. En 48 horas jugarían otro partido. Ya no importaba el repaso al que había sido sometido por los griegos en un primer partido para olvidar desde el momento en el que sonase la bocina del final del encuentro. Había que mantener la calma y la mente fría. La serie es muy larga y el 1º objetivo estaba al alcance y se consiguió. Los blancos se sobrepusieron a uno de los peores partidos de su historia en Europa con una demostración de orgullo y coraje para empatar la serie a 1.

Los griegos volverían a apretar con la fuerza del OAKA y el Real Madrid tendría que saber sufrir para ganar una recompensa muy valiosa. Laso cambió la pareja de interiores de su quinteto inicial para cimentar el propósito de enmienda con la entrada de Thompkins y Ayón. Mejoraron en rebote y defensa pero la puesta en escena fue nefasta. Con siete minutos de juego, los locales mandaban por 16-8 y Doncic estaba desquiciado con dos faltas gracias a la energía y la actitud de Antetokounmpo. Singleton cerró el primer cuarto con un triple y los helenos olían sangre (21-16).

A pesar de ello, el Real Madrid no se derrumbó. Habría muchas piedras en el camino. Ayudado por la acción interior de Tavares, el buen hacer de Rudy y la aparición de Felipe, contuvieron el ataque verde. Con James lastrado por dos faltas y Calathes mejor vigilado que en el primer asalto (esta vez ‘solo’ 12 puntos y 5 asistencias), el Panathinaikos se agarró a los puntos de Payne y Singleton para mantener el mando en un eterno segundo cuarto, cargado de faltas y revisiones arbitrales, con Randle sosteniendo el ataque madridista durante muchos minutos. Primera parte espesa pero aceptable del Real Madrid que tan solo se iba cuatro abajo al descanso.

Sin duda, el tercer cuarto fue la piedra de toque. Si antes hablábamos de piedras, los madridistas iban a dar un golpe de epopeya. Otra vez con Felipe al mando, los que fueron arrasados silenciaban el OAKA con un parcial de 21-32. Diez puntos del capitán, con un dos de dos en triples incluido, y una ráfaga imperial de Carroll (14 puntos, con tres triples más en ese tramo) dispararon a los blancos hasta su máxima ventaja (61-68). Una máxima ventaja que en Grecia te puede durar dos minutos y así fue. Cuatro puntos de James y un triple de Denmon colocaron el empate (68-68, m. 32), pero el Madrid no se arrugó. Rudy y Thompkins tomaron el relevo para llevar los blancos hasta la meta y a Doncic no le tembló el pulso desde la línea del tiro libre. Una tangana entre Antetokounmpo y Rudy —saldada con una antideportiva al mallorquín, una técnica al ex del Andorra y una descalificante a Singleton— cerró dos horas y 10 minutos de batalla en el OAKA. Ahora, la serie se traslada a Madrid.

El próximo miércoles a partir de las 18:45h se disputará el tercer punto de esta apasionante serie en la que todo puede pasar. “Hemos sido más duros e intensos que el otro día, con una actitud totalmente diferente y eso es lo que nos ha hecho ganar”, afirmaba Felipe Reyes, mientras que Pablo Laso recalcaba que sin experiencia es difícil ganar este tipo de partidos. “Tengo jugadores que tienen mucha experiencia, pero esa experiencia se adquiere estando en muchas batallas. Tengo también jugadores que juegan su primera Euroliga. Lo importante es que todo el equipo entienda cómo se tienen que jugar este tipo de partidos”.

 

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