(FUENTE: PalauResist)
Viernes 7 de septiembre, periodistas, jugadores de la primera plantilla culé, antiguos compañeros y directivos del F.C Barcelona abarrotan el Auditorio 1899 del Camp Nou. Antiguas leyendas del baloncesto culé como Epi tampoco quieren perderse la ocasión y están presentes. Cuando llega la hora (las 12.00 del mediodía), todos se ponen de pie y aplauden durante un buen rato. No es para menos pues se despide del baloncesto una leyenda, leyenda del básquet europeo, leyenda del básquet español, pero, sobre todo, leyenda del F.C Barcelona, el jugador más grande, se despide JUAN CARLOS NAVARRO.
Porque sí, el día llegó, y finalmente fue el pasado 7 de septiembre el día en que Juan Carlos Navarro puso punto final a una trayectoria de más de 20 años, partidos memorables, algunos récords y copas, muchas copas, un total de 35 títulos.
Navarro debutó con la camiseta culé el 23 de noviembre de 1997 con tan solo 17 años y con el ¡5! en la espalda. Era un partido de liga ACB ante el malogrado C.B Granada, el resultado era favorable a los culés y Joan Montes -que recientemente había sustituido a Manel Comas al frente del equipo- le dio la oportunidad a un joven Juan Carlos al que ya conocía de las categorías inferiores. Fueron tan solo 10:43 minutos los que el de Sant Feliu de Llobregat estuvo en pista, pero fueron suficientes para poner en pie a todo el Palau que no dudo en aplaudir cada una de las acciones que el joven, pálido y flaco escolta realizó, al fin y al cabo, a todos nos gusta ver triunfar a los de casa.
‘La Bomba’, tal y como se le conoce por su peculiar tiro en carrera que patentó a lo largo de su carrera, se marchó a casa con 10 puntos, 2 rebotes, 1 asistencia y 5 faltas recibidas. Su apariencia física no decía mucho, pero la sensación era que se estaba frente a un jugador diferente, que había nacido una estrella.
Durante lo que restaba de año y el siguiente, Juan Carlos tampoco tuvo mucha continuidad en la primera plantilla (no llegó a 300 minutos acumulando las 2 temporadas), pero Navarro entraba en los planes de futuro del club, tanto Montes como Aíto al año siguiente lo tenían claro. Entrenamientos con el primer equipo, convocatorias y cuando se le requería, siempre cumplía. El Barça había encontrado a un talento natural que había que cuidar, que mimar, Navarro había nacido para hacer historia en el Barça.
La confirmación llegó en verano de 1999 cuando Navarro fue convocado por Carlos Sainz de Aja para disputar el Mundial Júnior de Lisboa. Allí fue el líder indiscutible de la que hoy se conoce como la generación de los Júniors de Oro (Calderon, Gasol, Reyes, Raül López, etc) y, con algo más de 18 puntos de media por encuentro, condujo a la selección hasta el título mundial ante Estados Unidos. Un verano épico que lo lanzo al estrellato y que le quitó la etiqueta de promesa para colgarle el cartel de realidad. Navarro ya era el presente del baloncesto culé y español.
Foto: Euroleague.net
La historia de los siguientes 19 años ya es sabida por todos. Títulos, premios, reconocimientos, medallas y récords, Navarro se ha retirado con un palmarés al alcance de muy pocos. 8 Ligas ACB, 7 Copas del Rey y 2 Euroligas, con triplete incluido en 2003. A los que hay que sumar 5 Supercopas de España, una Copa Korac y la friolera de ¡12! Ligas Catalanas (trofeo también oficial), las últimas 9, de forma consecutiva. Un total de 35 títulos como culé a los que se les añaden todos los premios individuales que ganó como jugador del Barça, que no son pocos. Entre ellos, destacan el MVP de la Euroliga logrado en 2009 y el MVP de la Final Four de París 2010, una de las pocas ocasiones en que se ha visto a Navarro claramente emocionado y con lágrimas.
Navarro, además, ha sido también un emblema de la selección española a lo largo de sus 17 años como internacional absoluto. Navarro ha acumulado un total de 10 medallas (3 oros, 4 platas y 3 bronces), 253 internacionalidades (récord absoluto) y 2801 puntos (5ª mejor marca). Un palmarés solo al alcance de unos pocos elegidos y del que todos recordaremos con especial cariño la Copa del Mundo de Japón 2006 y el Eurobasket 2011 de Lituania. Ambos torneos, con claro protagonismo de Navarro y con actuaciones tan memorables como las semifinales ante Macedonia en 2011 donde Juan Carlos anotó 35 puntos en un partido para la historia que más tarde le valdría para ganar el MVP del campeonato.
NAVARRO, un jugador en mayúsculas, un jugador que se permitió el lujo de ir a la NBA (2007-2008) y regresar un año más tarde a pesar de haber sido uno de los mejores rookies. Un jugador que fue la ‘bestia negra’ del eterno rival, el Real Madrid, durante 20 años. Se va un jugador que llegó a anotar 33 puntos para 44 de valoración en un Clásico. Una leyenda a la que tanto baloncestistas europeos como homólogos americanos del nivel de Curry o Kobe Bryant no han dudado en elogiar.
Al final, Navarro se marcha sin ser despido en pista, de malas formas por culpa de una gestión nefasta tanto por parte del club -principalmente- como también suya, que quizá, por el amor sin límite que siente por el baloncesto, no ha sabido regularse. Una situación injusta y dolorosa, no hay duda. Sin embargo, hay una cosa muy clara también, los dos últimos años de ‘La Bomba’ no podrán empañar el bonito recuerdo que a todo aficionado se le va a quedar cuando recuerde al mejor jugador de la historia del Barça. Un mito que el 25 de noviembre verá recompensada su entrega cuando en el día del Clásico su número 11 colgará del Palau para siempre. Su legado en cambio, está, desde hace ya una semana, para la eternidad en la memoria de todos los amantes del baloncesto.