Lo mejor y lo peor del Eurobasket 2022

Con el más que feliz final de competición el pasado domingo, con España campeona de Europa, es momento de hacer memoria para catalogar lo mejor y lo peor de este campeonato. 

Como con cualquier gran acontecimiento, sea deportivo o no, hay que hacer balance al final de este, buscando mejorar y no cometer los mismos errores del pasado. Así pues, me voy a tomar la licencia de hacerlo con este Eurobasket, que se nos hizo de rogar tras cinco años de espera. Sin más dilación, vamos a destacar tres cosas buenas y malas de este torneo multisede. 

Lo mejor de este Eurobasket 

Sin duda, lo primero que hay que destacar es la gran participación que ha tenido el torneo, con estrellas mundiales que no han querido renunciar a jugar con su selección, dejándonos unas plantillas con jugadores de la talla de Jokic, Antetokoumpo, Doncic, Markkanen, Schoroeder o Gobert. Una participación que podía haber sido mucho mayor incluso, si no llega a ser por las malditas lesiones en muchos casos. 

Otro aspecto que destacar son los outsiders. Selecciones como Polonia, Finlandia, Italia, Ucrania o República Checa, que han dado un grandísimo nivel, compitiendo con selecciones, a priori, muy favoritas, imponiéndose incluso a ellas, como fue el caso de Italia contra Serbia, Finlandia a Croacia o Polonia a Eslovenia. Esto hace, sin duda, que un torneo como el Eurobasket oposite al mejor torneo de selecciones posible. 

Por último, y relacionado con el primer punto, hemos visto actuaciones individuales históricas, batiendo récords que llevaban más de 30 años de vigencia. Los 47 puntos de Doncic contra Alemania, los 41 puntos de Anteokoumpo contra Ukrania, los 43 puntos de Markkanen contra Croacia, los 7 triples de Juancho en la final… y así un sinfín de registros individuales que han hecho de este Eurobasket uno de los mejores de la historia en el apartado ofensivo. 

Lo peor de este Eurobasket 

Una de las decisiones más calamitosas que se han tomado en este Eurobasket ha sido la elección de algunas sedes, sobre todo la de Georgia. Pabellón desangelado, prácticamente vacío, solo con presencia (escasa) de la prensa en las gradas. Únicamente los partidos en los que el equipo nacional local participaba, se podía ver una entrada acorde al gran evento. Pero, no es la primera que esto ocurre, ya que, en ediciones anteriores, hayan sido multisede o no, esto ha ocurrido. Hay que reflexionar sobre esto FIBA. Recojan el guante. 

Y, en este punto, tenemos que hablar de Serbia y Croacia. Dos de las selecciones con mayor talento de esta edición que se marcharon del torneo en octavos de final. Serbia (primera favorita en el power ranking de la FIBA) cayó contra una muy voluntariosa y enérgica Italia, tal y como ocurriese en el preolímpico de Belgrado. La falta de reacción ante la adversidad (solo Jokic respondió) y la inacción desde el banquillo, hizo que la máxima favorita fracasase en este torneo. Tres fracasos en los tres últimos grandes torneos obligan a los serbios a hacer una profunda reflexión sobre el rumbo de su combinado nacional. 

Mención aparte merece Croacia, que ya nos tiene más acostumbrados a estos gatillazos en torneos continentales. Llegaban al Eurobasket con deseo de revancha, tras confirmar su no presencia en la próxima Copa del Mundo, y lo único que se vio fue una selección individualista, sin ideas colectivas y con un umbral del sufrimiento muy bajo. Así pues, en octavos, con una actuación estelar de Markkanen, pusieron rumbo a Zagreb, sumando una nueva decepción más. 

Pero, sin duda, lo peor que ha tenido este Eurobasket ha sido el nivel medio de los arbitrajes. Y es que, todo se resumen en una frase que expuso Piti Hurtado en su cuenta de Twitter: “Los mejores árbitros de Europa no pueden ir al Eurobasket. Los mejores jugadores de Europa sí pueden ir al Eurobasket.”. Y es que las actuaciones arbitrales han dejado, en numerosas ocasiones, mucho que desear. Sin duda, el momento más esperpéntico del campeonato se produjo en el Alemania-Lituania, donde los colegiados, tras señalizar una técnica al entrenador rival, se olvidaron de otorgar el tiro libre de la técnica al conjunto lituano. Y ¿cómo resolvió esto la FIBA? Pues suspendiendo la actividad de los tres árbitros durante el resto del torneo. Toda la legitimidad arbitral por los suelos. 

En resumen, creo que hemos asistido a uno de los mejores Eurobasket de siempre. El nivel de emoción, competitividad, calidad e igualdad han sido muy altos, sobre todo en los cruces, donde se han podido ver partidos que serán recordados durante mucho tiempo. Ahora el baloncesto de selecciones no para, ya que sigue en curso la clasificación para el mundial, que nos espera el año que viene. Dos años más habrá que esperar para los juegos de París. Así pues, larga vida al baloncesto de selecciones. 

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