La posible entrada de Dubái llevaría a un cambio de paradigma en el baloncesto europeo, con FIBA y Euroliga yendo de la mano.
Los países de Oriente Medio, con su ingente cantidad de dinero, ya llevan unos años metidos en el mundo del deporte, y el baloncesto europeo no iba a ser menos. Tras un primer acercamiento hace un año, la Euroliga se plantea de manera muy seria la expansión de la competición hacia Dubái, lo que supondría un cambio sustancial de las reglas de juego en la mejor competición de baloncesto de Europa.
Y el motivo de la expansión no podía ser otro que el dinero. La inyección económica prometida por Dubái (150 millones por 6 temporadas) hace que la oferta sea difícil de rechazar, al menos por la parte económica. Pero, esta inversión viene de la mano de una serie de peticiones deportivas, como son la creación de un equipo con sede en Dubái, además de la realización de la Final Four en los años 2025 y 2029, tal y como anunciaban en la emisora Rac1.
Esta expansión llevaría también intrínseca la entrada de más equipos en las sucesivas temporadas, aumentado a 20 equipos en la temporada 24/25, de ahí pasar a 22 en la temporada 2026, para finalizar en 24 equipos en la temporada 2028. Este aumento de equipos pretende incluir en la competición, además del equipo de Dubái, a grandes ciudades europeas como Londres y París, ciudades con equipos ya en Eurocup y que supondrían un gran salto en relevancia y exposición de mercado de la competición.
Y dentro de esta expansión, sale a la luz, dos equipos claros. Los London Lions, por parte de la ciudad de Londres, que están realizando una buena campaña en Eurocup, fichando jugadores de gran nivel, como Koufos o Sam Dekker. Lo mismo ocurre con Paris Basketball, que está llevando el baloncesto de alto nivel a la ciudad de la luz. Dos claros casos de expansión por el continente europeo, abriendo caminos a nuevos equipos y ciudades, en las que ya se han albergado grandes acontecimientos, como la Final Four.
Hacia una nueva Euroliga
Todos estos cambios y expansiones nos llevan, irremediablemente, hacia un nuevo formato de competición. Pero, no solo de la propia Euroliga, si no de las competiciones que se desarrollan de manera paralela, como son la Basketball Champions League, de la FIBA, y la Eurocup, de la propia Euroliga.
Asimismo, desde Rac1 también se ha informado de una reunión entre FIBA y Euroliga para unificar estas dos competiciones citadas anteriormente, convirtiéndolas así, en competiciones que sirvan en un futuro para ascender a la propia Euroliga, creando una competición abierta, con ascensos y descensos. Este sería el segundo acercamiento entre las dos instituciones, después de los acuerdos alcanzados para intentar compaginar la Euroliga con las ventanas FIBA. Este es otro de los problemas graves a resolver, la armonización del calendario por parte de FIBA y Euroliga entre sus competiciones.
Y ahora bien, volviendo a lo importante ¿cómo sería esa nueva competición transcontinental? Pues bien, se habla de un formato parecido al de la NBA, formado por dos conferencias, incluyendo partidos consecutivos, tal y como informa José Ignacio Huguet. ¿El motivo? A más partidos, más montante económico. Al final, todo se resume en eso.
Problemas derivados de la nueva Euroliga
El primer y principal problema es la coexistencia con las ligas nacionales. Con un calendario ya muy apretado, un aumento de partidos llevaría a los jugadores a una situación límite, que acabaría repercutiendo de manera negativa en las competiciones nacionales, ya que los jugadores exigirían un mayor descanso.
Quizá, esto nos lleve a plantillas confeccionadas específicamente para cada competición. Es decir, el modelo Olympiacos cuando descendió. Una plantilla para Europa, y otra para las competiciones nacionales. Más jugadores en equipos poderosos y debilitar la clase media de las ligas nacionales, lo que supondría un grave problema para la competitividad de las propias ligas.
Y ¿qué hacemos con el aficionado? En este tiempo en el que se ha puesto de moda en otros deportes ese lema del “deporte es para el aficionado”, llevarse una parte de la competición a miles de kilómetros de distancia quizá sea una medida poco popular.
En los próximos meses, o incluso menos, se decidirá el futuro del baloncesto europeo, que, esperemos que siga en crecimiento como así ocurre desde la creación de la nueva Euroliga.
Y vosotros ¿qué pensáis sobre la formación de esta nueva Euroliga?
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