Paciencia. Mucha paciencia tenemos que mostrar los entrenadores cuando estamos con jugadores jóvenes o principiantes. Queremos que aprendar fundamentos, gestos, movimientos,…Y lo queremos ya! Pero todo tiene un tiempo. Hay que tener paciencia y los objetivos que andamos buscando llegaran, seguro. Aunque haya jugadores que capten las ideas antes y otros lo hagan más tarde, pero con paciencia y voluntad podremos conseguirlo.
Porque detrás de cada jugador hay una persona y no podemos pasarlo por alto. Por ello mientras entrenamos en baloncesto de iniciación debemos desarrollar todas las habilidades de los jugadores, disciplinar su voluntad, moralizar su conducta, sugerirles ideales e ilusionarles por alcanzar la mejor disposición física y mental.
Entrenar constituye un auténtico ejemplo de psicología aplicada basada en la experiencia.
El entrenador debe ejercer educando y contribuyendo al desarrollo social del jugador. Estamos colaborando en la formación de su carácter con el deseo de mejorar y alcanzar un mejor rendimiento.
Un baloncesto bien dirigido contribuye a un desarrollo educacional y social del jugador, de la persona que posteriormente se enfrenta al mundo real. Los entrenadores tenemos nuestro «laboratorio práctico» en la cancha y un correcto método docente puede ayudar a forjar el carácter de los jugadores.
Pienso que entrenar educando es el trabajo más difícil e importante que se le puede pedir a un entrenador, pero también el más agradecido, orgulloso y admirable.
Raul Enriquez Granados @coachreg80