El pasado verano, el Barça Lassa, anunciaba el que iba a ser su próximo entrenador para las siguientes dos temporadas, con una más opcional. Parecía así, que el club culé fichaba a un entrenador nacional solvente, que traería estabilidad y resultados, tras el descalabro del equipo con Bartzokas el pasado año. Junto con él, llegaron siete fichajes, para devolver la alegría al Palau Blaugrana. De hecho, antes de su destitución, de parte de la directiva blaugrana, se escucharon declaraciones como “Sito es el proyecto”, cosa que no se ha cumplido en el futuro.
Pero, la pasada semana, el conjunto culé sacaba en redes sociales un comunicado en el que anucniaba la destitución de Sito Alonso como entrenador del Barça Lassa, tras apenas unos meses en el cargo. Las razones era las siguientes: malos resultados, sobre todo ene Euroliga, donde el equipo tiene muy complicada la clasificación para los Playoffs. De otro lado, también se le atribuye una gran responsabilidad en los descalabros del equipo contra Andorra o Real Madrid. Además, se dice que no ha sabido llevar al equipo, con la decisión de no contar con algunos jugadores.
Así, una vez llegado a este punto, yo me pregunto ¿es toda la culpa de Sito Alonso?. Desde que el Barça ganase su último título, la Supercopa Endesa, al comienzo de la temporada 2015-2016, el Barça ha vivido una época muy convulsa. En este período, han pasado por can Barça más de 30 jugadores, en apenas dos temporadas y media. Sólo se mantienen en la actual plantilla, desde el último título culé, cuatro jugadores, Navarro, Tomic, Ribas y Vezenkov. Escasa estabilidad en la plantilla, en la que, cada año, se realzan como mínimo cuatro o cinco incoporaciones, que alteran también de manera clara el proyecto.
En cuanto a los últimos fichajes, hay muchos que no tienen nivel para jugar en el Barça, e incluso, para jugar en ningún equipo de Euroliga. El primero de ellos es Claver, por el que se pagó tres millones de euros al Valencia, y que no ha dado rendimiento alguno en el conjunto culé. Otro de ellos fue Tyrece Rice, que ha tenido una salida más que convulsa del club, por su falta de disciplina, otro gran fichaje que se fue al limbo. Ya de esta temporada, se puede destacar el fichaje de Pressey. Destacable por su mal rendimiento, y por ser un plan B tras el fichaje frustado de Larkin, el base que pidió Sito.
Caso aparte merecen los fichajes a mitad de temporada, en los que el Barça no ha tenido mucho acierto en los últimos años. Del año pasado fueron los fichajes de Holmes, Faverani, Renfroe y Munford; de los cuáles ninguno cuajó, y sólo dieron algo de rendimiento Renfroe y Faverani, aunque salieron por la puerta de atrás, sobre todo en el caso de Faverani. Y este año el fichaje de Jackson, que no ha sido entendido por buena parte de la afición, pero que aún no ha contado con oportunidades suficientes.
Con todo esto, más de treinta jugadores en dos temporadas, con tres entrenadores en tres temporadas y con, aparentemente, una falta clara de planificación de las temporadas por parte de la directiva, creo que no es justo decir que la culpa del mal rumbo del Barça Lassa es toda de Sito Alonso. Creo que la culpa está bien repartida entre jugadores, preparadores y sobre todo directiva, a la que no se le ve un rumbo claro ni un modelo a seguir.
Ya el pasado año, se cesó a Rdorigo de la Fuente como director deportivo, y se nombró a Nacho Rodríguez, que prometió un cambio de rumbo y una mejora de los resultados. Una mejora, que a día de hoy, no se ha dado, pudiendo decir incluso, que están yendo las cosas a peor.
Así pues, el ambiente en club, sobre con respecto a los aficionado, se encuentra muy crispado. Ahora, con la llegada de Pesic, se espera estabilidad y resultados, que puedan calmar un poco las aguas y luchar por los dos títulos que quedan.