Hola a todos, he tenido la suerte de poder juntar en una misma sala a dos grandes entrenadores del baloncesto catalán: Carlos Espona y Fabián Téllez. Debo reconocer que de entrevista tuvo poco, los tres sentados en una mesa con la grabadora en marcha y tras casi cuatro horas de conversación, esto fue lo que salió.
Espero que lo disfrutéis.
Carlos Espona: 45 años. Fisioterapeuta. Actual entrenador del senior A del club SESE (Barcelona) de la Copa Catalunya (1ª división Masculina).
Fabián Téllez: 45 años. Analista informático de procesos bancarios. Nuevo entrenador del Mann Filter (LF).
Bienvenidos a los dos a esta tertulia y gracias por adelantado por querer compartir con nosotros esta experiencia. Os dejo la primera pregunta para ir calentando…
Habladme de vuestras carreras, ¿qué os llevó a haceros entrenadores?
Fabián: yo empecé “tarde” como jugador. Me empezó a interesar a los 13-14 años pero a partir de ahí fue una explosión. Ya de bien pequeño cogía mi pelota y me iba andando del Parque Güell hasta la Salle Bonanova (unos 4 Km) porque era el único sitio donde un domingo a la tarde se podía jugar en la calle. Más tarde, sobre los 17, empecé a entrenar gratis en el club que jugaba, alternando con mi trabajo y la carrera de filosofía. Luego el trabajo me exigía el fin de semana pero entrenar me tiraba tanto que renuncié a ese trabajo. Ya de jovencito era el típico jugador con visión de entrenador que le tocaba las narices al entrenador (risas) ahí me di cuenta que mi carrera me enfocaba a ser entrenador.
Carlos: Yo empecé en el Bosco Horta, éramos un grupo de chavales jóvenes que asomábamos la cabeza, nos fijábamos en los mayores y al poco empezamos con ellos de segundos. Me di cuenta pronto que jugar no era lo mío, yo la chutaba (risas) pero también me dio tiempo a tocarle las pelotas a mi entrenador (más risas). Entonces un día me sacan de mi entorno y paso de entrenar un mini a dirigir un Senior femenino de Copa Cataluña (1ª División)
Ernesto: ¿esto en qué año era?
Carlos: 1994-95, por ahí… Y nada, me dan el equipo y yo tiro para adelante. Entonces me veo con 23 años llevando un cadete que queda Sub-Campeón de España sin yo saber aun entrenar, y de ahí ya paso a entrenar femeninos preferentes (cadetes, juniors) teniendo la suerte de llegar a entrenar muy buenas jugadoras y eso me hizo crecer de golpe porque es muy exigente. Teniendo en cuenta la exigencia que conlleva estas categorías en las que no se les puede enseñar cualquier cosa sino que la exigencia es altísima. Más tarde en Cornellá llevaría preferentes femeninos y de allí paso a llevar chicos también. Después de Cornellá pasé a llevar chicos en L´Hospitalet. Desde que estuve de ayudante en el cole ya no volví a estarlo nunca más. No crecí a la sombra de nadie, tuve la suerte de estar en primera línea fijándome en todo lo que había y sobretodo en mis jugadores.
Fabián: Yo cuando llegué a los preferentes fue mucho más tarde, pero coincido con él. La exigencia en esas categorías es altísima ya no sólo a nivel de entrenamientos sino de resultados. Son los mismos jugadores los que te exigen en cada entreno, a nivel individual y de grupo.
Carlos: Lo que fue fundamental para mi fue mi inicio en el cole y la pasión que teníamos para entrenar. Hacíamos reuniones en un aula en las que se trataba cómo íbamos a entrenar, qué estilo de juego queríamos para nuestros equipos… Y eso luego lo he vivido muy poco, recuerdo que allí tuvimos a Juan Montes, Miquel Ametlla… gente que luego hicieron una carrera muy larga y que fueron los espejos en los que nos mirábamos, pero detrás vinieron buenísimos entrenadores que me dieron la base de lo que soy y la misma que ahora le transmito a mis jugadores.
Luego viene la parte en la que vemos mil partidos, vamos a ver ese partido en el que entrena aquel o aquel otro, igual que tú (Ernesto) vas a ver ese partido porque arbitra ese árbitro del que quieres aprender. Luego nos juntamos a cenar y de ahí sacábamos muchas cosas.
Fabián: Además era un época en la que no teníamos el acceso a la información que tenemos ahora. Yo llegaba y me grababa todos los partidos de “Cerca de las estrellas” cuando los hacía Ramón Trecet y me los veía en bucle. En mi casa no se preguntaba, yo me tomaba mi vaso de leche con galletas y tal y como me sentaba me ponía a ver partidos y me daba la hora de la cena. Es más, yo con 20 años salía de marcha y llegaba a las tantas y me ponía algún partido.
Carlos: A mi mi padre me decía “es un asco ver los partidos contigo ¿por qué tiras para adelante y atrás?” (risas) yo le decía “los tiros libres los paso, pero esa jugada me ha gustado” y la repetía varias veces (más risas) además no había cursor, había que levantarse y darle al botón para rebobinar (más risas)
Ernesto: ¿Cuántos años lleváis entrenando?
Carlos: 30 años, empecé con 15…
Fabián: Yo un año más que tú.
Ernesto: Hay entrenadores de varios tipos, formadores, competitivos… ¿dónde os catalogaríais vosotros?¿Qué tipo de entrenador sois?¿os catalogáis entre vosotros?
Carlos: Yo creo que al final te lo da donde hayas estado entrenando. A los dos nos gusta ganar y para ello tienes que hacer que tus jugadores sean mejores y para lograrlo hay que formarlos. En mi caso no puedo disociarlo.
Fabián: Yo estoy de acuerdo con él, los términos los utilizamos para hablar entre nosotros. Sí es cierto que hay entrenadores que tienen un perfil más formador que otros pero esto lleva a engaño en el sentido de creer que por formar se compite menos y esto, obviamente, no es cierto. Hay una parte de verdad en que hay que pagar un precio por sacar un rendimiento inmediato de un jugador, por sacarle este rendimiento a lo mejor hay que dejar de formarlo de cara a un futuro.
Ernesto: Preguntado de otra manera ¿existen clubes o entrenadores que le dan una importancia total a ganar en detrimento de la formación y/o al revés, clubes que se centran sólo en formar sin importar la clasificación?
Fabián: Sí, pero al fin y al cabo es algo que va ligado. Dentro de la formación de un jugador está la parte competitiva.
Carlos: Si en un equipo de minis hay un jugador que no viene a entrenar porque tiene exámenes y el fin de semana lo hacemos jugar igual que los demás, lo que le estamos enseñando a ese chico no es formación.
Fabián: Mi caso por ejemplo (entrenador de un equipo de LF) hay jugadoras que se han fichado principalmente porque se las va a entrenar por las mañanas y se va a estar por ellas para que progresen. Si no están en otros clubes es porque están convencidas que su mejor opción de cara a su progresión es estar con nosotros. Hay jugadoras como Belén Arrojo que cuando le han preguntado ha dicho que sus motivos para estar aquí son “primero, para tener más responsabilidad como jugadora y si voy a otros equipos no voy a tener tantos minutos y segundo, me han hablado muy bien de Fabián y sé que va a dedicarme mucho tiempo para formarme”. Mi compromiso con Belén no es decirle sólo lo que hace bien y potenciarle de manera competitiva lo que hace bien, sino ayudarle a mejorar sus puntos débiles y hacerla mejor jugadora. Ese trabajo no es inmediato, pero tengo un compromiso con ella y está aquí por esto aunque es probable que esos resultados no llegue a verlos. Hay otras jugadoras que han experimentado una progresión brutal y es posible que la temporada que viene ya no las tenga porque puede venir cualquier equipo más fuerte y llevársela.
Ernesto: Cambiando un poco de tema ¿cómo véis la base de baloncesto español?
Fabián: Por una parte soy optimista: creo que cada vez se le da más importancia a cosas en la que creo fervientemente, que es la metodología del aprendizaje significativo. Para mi eso significa cambio total del concepto de formación. Es decir, crear jugadores que sean inteligentes. La federación crea entrenadores a los que les llega este tipo de mensajes y en mi opinión, es la línea a seguir para sacar jugadores que entiendan mejor el juego.
Lo que me faltaría sería una categoría intermedia entre la etapa juvenil (17-18 años) y senior.
Ernesto: Creo recordar haber leído un artículo en el que Julbe decía lo mismo…
Carlos: Otra cosa que es importante y que en su momento se criticó, es cuando los clubes fichan a jugadores de otros países para sus categorías inferiores. Un jugador español que llega a competir con estos jugadores fichados entre lo mejor de Europa tendrá un nivel de competitividad enorme y este jugador lo más probable es que llegue a ser selección española. Con esto lo que se consigue es fomentar una competitividad importante entre los jugadores. Lo que sí es cierto que mis jugadores ven más la NBA que la ACB en muchos casos…
Fabián: Lo que es innegable es que el baloncesto ha mejorado mucho. Ahora los jugadores son mejores a nivel técnico, todos hacen de todo. Sin ir más lejos, seguramente el mismísimo Epi no podría jugar en la ACB.
Ernesto: Supongo que los avances en entrenamientos, dietas, etc también han influido en todo esto.
Fabián: Lo que no podemos pensar es que después de la generación de los Gasol, Navarro, etc vamos a estar siempre peleando por la medalla de oro. Admito que la nueva generación que está saliendo (los hermanos Hernángomez, por ejemplo) a mi me dan esperanza de que vamos a seguir en esa línea. Cuando se hacen las cosas bien (trabajo de clubes, federaciones, etc) el trabajo es tan bueno que el jugador tiene el seguimiento y los recursos para llegar lejos. Con el femenino pasa igual. Valdemoro, Palau… ahora vienen Xargay, Alba Torrens, Anna Cruz que son las que están cogiendo el relevo porque el trabajo es tan bueno que les permite seguir a ese nivel. Una cosa es la “medallitis” pero los resultados marcan que la línea es buena cuando selecciones a nivel de formación, pese a no lograr el oro, consiguen derrotar a selecciones como Francia, Croacia, Serbia, etc. Eso es un mérito increíble. Lo que hace pensar que el futuro es bueno y a la vez es una preocupación es cuando estás formando a jugadoras y de repente se te van 3 a Estados Unidos. En ese momento pierdes a una jugadora a la que llevas formando unos años y cuando estás a punto de dar el paso a senior con ella ya no la tienes. Siempre he defendido que lo primero es la jugadora y la oportunidad de viajar a Estados Unidos es posiblemente la mejor opción ya no sólo por su nivel deportivo, sino por la formación que va a obtener aunque no esté en una de las consideradas mejores universidades. Aunque sólo sea por la experiencia y el aprender un nuevo idioma ya merece la pena.
Carlos: Pasa a veces cuando están en un club y dicen “se me va este jugador”. A ver, este jugador no es mío, él es libre de estar donde quiera y si va a dar un paso que es mejor para su formación, adelante.
Sin querer darnos autobombo, aquí se está dando mucha importancia en la formación de entrenadores (hace 10 años era impensable) sobretodo que esa formación sea continuada y eso repercute en el jugador y que ya desde un nivel bajo un jugador va a salir de un colegio con un buen entrenador, se va a ir a la Penya y ahí lo va a coger otro buen entrenador de manera que la formación del jugador es continua. No hablo del resto de comunidades porque no sé como están, pero en Cataluña se está fomentando esa formación y se nota al ver el nivel de los jugadores.
Fabián: Exacto, antes era un trámite como sacarse el carnet de conducir, ahora se trata de una formación continua que motiva mucho más a los entrenadores. Un ejemplo, Ricard Casas ahora mismo no está en activo pero él se impone un horario diario para seguir formándose. Pedro Martínez es muy fácil verlo en un clinic como oyente ¡no como ponente! Es ese cambio a nivel formativo el que se convierte en un pilar importante para la mejora en la formación de los jugadores.
Ernesto: Entiendo que dentro de ese amplio abanico de entrenadores y volviendo a la pregunta anterior, sigue habiendo cierta diferencia entre unos y otros. Por ejemplo ¿Los hay más técnicos que otros?
Fabián: Yo recuerdo en una etapa anterior que tenía un compañero que le daba mucha importancia a la técnica y me ponía el ejemplo de un golfista. Decía “cuántas veces debe un golfista repetir el mismo golpe para ejecutarlo a la perfección? Mil veces? Pues aquí es lo mismo…”
Carlos: Bueno, lo mismo no es. No es igual que te la pasen a las manos que a los pies y armar el tiro desde ahí.
Fabián: Claro! Y ahí voy a parar, los factores (estímulos) que influyen en un jugador de baloncesto se multiplican por 10.000 en comparación a un golfista. Es como el nadador, no es lo mismo el que sólo nada que el que juega a waterpolo.
Ernesto: Un jugador de golf puede pasarse un rato mirando la bola, observando de donde viene el viento y la velocidad, si hay nubes… cuando un jugador recibe el pase como lo recibe con un defensor encima, un entrenador que le grita, la presión del público, etc y debe decidir en décimas de segundo ¡para mí no es comparable! Volviendo a los entrenadores ¿hay mucha diferencia entre un entrenador que vivió la época dorada de la antigua Yugoslavia y su modelo de juego contra un chaval de 25 que nunca los vio jugar y sus referentes son otros?
Carlos: Fíjate como algo que debe ser tan repetitivo como el tiro no ves a nadie tirando igual. Yo ahora no explico mucho tiro aparte de lo básico, pero cuando enseño a tirar de una manera siempre aparece alguno que lo hace diferente y las mete igual.
Fabián: Mira Julbe, dice que “el balón no se baja” y yo opino todo lo contrario. Analiza a los jugadores, por ejemplo Curry. Es uno de los mejores tiradores que hay y este baja la pelota hasta las rodillas
Carlos: incluso Carroll también la baja
Fabián: Si hasta tenemos en cuenta la posición del codo, la muñeca e incluso la apertura de los pies. Cada uno tiene su posición y ahí debemos saber aprovechar lo mejor de cada uno para potenciarlos.
Ernesto: Cambiando de tema ¿tenéis algún proyecto de futuro?
Carlos: Por mi situación actual familiar, quedarme donde estoy y convertirnos en mejores. Actualmente no puedo plantearme ningún futuro a largo plazo (si que hace tiempo podía plantearme otros retos) pero ahora quizás echo de menos la competición preferente. Con Senior trabajo mucho técnicamente pero la categoría preferente me resulta muy interesante.
Fabián: En mi caso es una apuesta muy firme. He pedido una excedencia en mi trabajo (tengo una gran relación con mi empresa) los cuales me apoyan mucho en mi carrera. Profesionales, que se ganen la vida con esto hay muy pocos. Tener un compromiso a ese nivel es muy complicado. Realmente proyecto a ese nivel no hay, de hecho aun no sé qué opinión tiene el club (St. Adrià) sobre mí.
Nota: Cuando se grabó esta entrevista, Fabián aun no sabía nada de lo que le iba a deparar el futuro tan sólo unos meses después. Seguimos…
Ernesto: A falta entonces de un proyecto de futuro, ¿hay algún sueño?
Fabián: Sí, dedicarme a lo que amo por encima de todo que es el baloncesto (aparte de mi familia, claro).
Carlos: Mi sueño y a la vez mi proyecto es tener siempre un reto por delante. El ascender con el SESE a Liga EBA era un sueño y demostrar ser competitivos en esta categoría es un gran reto.
Ernesto: ¿Qué opináis de la relación árbitros/entrenadores?
Carlos: Desde mi experiencia, se está trabajando mucho para que el colectivo mejore. Sin embargo veo algún partido de liga EBA y veo que los árbitros que suben parecen robots, parece que se ha perdido la empatía. Para mí es muy importante que un árbitro domine el partido pero no desde una posición de poder dictatorial sino desde el control y la empatía. Para mi antes el árbitro venía, pitaba y se iba… ahora que conozco a varios sé que su implicación es mayor: se preparan , se cuidan, hacen lo mismo que jugadores y entrenadores.
Ernesto: ¿Cómo valoráis la empatía con un árbitro?
Carlos: A mí un árbitro que a la primera de cambio me manda para dentro del cajón sin ningún tipo de empatía, a mí ese ya me ha cruzado. No se la voy a liar pero tampoco le voy a dar facilidades. En cambio alguien que le hago un comentario y tiene el gesto de escuchar o sencillamente de tratarme con un mínimo de empatía, ese me tiene ganado. A mí me mejora cuando veo que el árbitro se implica en el partido incluso cuando vienen y me frenan de buenas maneras.
Ernesto: Esto es algo que siempre lo he comentado, cuando un entrenador me ha dicho “es que me juego mucho” mi respuesta solía ser “y yo también”. Pensad que en general un árbitro que tenga una mala valoración en un partido (sobretodo en categorías altas) le puede perjudicar seriamente para toda la temporada, pero es cierto que la empatía es algo que cada vez se trabaja más y hace años que yo particularmente cuando he arbitrado con alguno más joven he intentado enseñarles que si quieren que les hablen bien, ellos deben ser los primeros en hablar bien a los demás, igual que con la empatía, el respeto, etc… Ya no vale lo del árbitro policía, aquello era otra época.
Fabián: En mi caso es igual, si a mí me tratas con respeto no va a tener ningún problema. De hecho a veces por la propia tensión del partido el árbitro me ha tratado bien y yo mismo he bajado los biorritmos dándome cuenta de donde estaba. Igual que hay entrenadores que son chulos también hay árbitros que lo son y lamentablemente marca más una mala experiencia que una buena, pero realmente el balance está muy a favor de los muchos árbitros con los que tenemos buena relación. Lo que me parece muy injusto es no poder demostrar en público cuando tenemos afecto hacia un árbitro por lo que pueda pasar.
Ernesto: Eso mismo pasó en la última vez que coincidimos Fabián y yo, era pocas jornadas antes de retirarme y nos encontramos en una idea de cuartos de Copa Cataluña (1ª Div. Masc). Me hizo una ilusión tremenda poder despedirme de él en la pista y más en un partido así y me hubiese encantado darle un abrazo al empezar y al acabar pero no pude hacerlo porque se malinterpretaría. Y todos los que me conocen saben que a mí me daba igual si conocía a alguien o no, no me importaba el color de la camiseta (de hecho algún jugador de Fabián se fue rebotado conmigo) pero es una pena que esas relaciones no se puedan mostrar en público.
Dejando este tema aparte ¿recordáis alguna anécdota curiosa?
Carlos: Me acuerdo de la primera técnica que me cayó como entrenador. Entrenaba niñas en un patio de colegio y como hacía sol llevaba una gorra, del mismo cabreo que me agarré cogí la gorra, me la quité y la tiré al suelo enfadadísimo. Recuerdo que la gente me miraba como diciendo: pero a este que le pasa… y ahora lo recuerdo y pienso ¿por qué hice eso? (risas)
Fabián: Verás, yo soy fatal para los nombres y para ciertos niveles es importante conocer los nombres de todos (jugadores, entrenadores, etc) me pasó que entrenando en 1ª División Femenina jugábamos contra Viladecans. En ese equipo jugaban Fina Choclán y Sonia Pascual y durante el partido una de ellas se torció el tobillo (creo que Fina). Entonces al acabar el partido me acerqué al entrenador y le pregunté: “¿Qué tal Fina?” Y me dijo: “Fina está de puta madre, eso sí, Sonia tiene el tobillo hecho una pelota” (risas). Imaginad como fue el cachondeo que durante mucho tiempo las jugadoras me vacilaban fuese en un entreno o en cualquier partido diciéndome en cualquier momento “a quién marco, ¿a Fina o a Sonia?” (más risas).
Ernesto: Y ya para finalizar ¿qué es lo que os gustaría mejorar del arbitraje?
Carlos: A ver, yo he venido aquí a rajar de los árbitros… (risas) y quiero decir que una cosa que me revienta es cuando un árbitro no pita una hostia que es clarísima e indiscutible y creo que en ocasiones pierden el control del partido y la credibilidad que tenían por no pitar esos contactos tan evidentes. No entro en cuestiones de criterio porque sé que no todos los partidos son iguales, pero cuando hay un contacto muy claro y no se pita, no lo entiendo y además me cabrea.
Ernesto: Aquí hay una primera cuestión de mecánica. Como bien sabéis en arbitraje doble (o a 3) el campo se divide en zonas y salvo las compartidas, un árbitro no debe invadir la zona del compañero por muy evidente que haya sido el contacto. Que igual yo he visto el contacto pero mi compañero está a 1 metro y tal vez no la ha visto porque estaba tapado (por ejemplo). Si decido sancionar es porque estoy mirando su zona, por lo tanto no estoy atendiendo la mía… dicho esto muchas veces los jugadores, entrenadores y público en general dice “si tú la has visto!! Ha sido muy clara!!” pero ese árbitro no estaba mirando, él estaba pendiente de su zona que seguramente sea la que esté más alejada del balón, porque debéis tener en cuenta que todos vosotros miráis a todas partes, pero los árbitros sólo miran a sus zonas de responsabilidad. Eso no quita de los errores, que por supuesto tenemos y asumimos, pero invadir la zona del compañero aunque se haya visto el contacto no es una opción, porque a este se le vende delante de todo el mundo y si ya cuesta mantener cierta estabilidad y credibilidad, imaginad si un árbitro corrige a otro cada dos por tres. Aparte de los que usarán esto para cada vez que quieran condicionar el arbitraje protesten pidiendo que se le vuelva a corregir a ese árbitro, sería un descalabro… Otra cosa es cuando el partido baja de intensidad, está acabando, van de 40 y un jugador suelta un codazo a otro justo delante del árbitro y este no pita porque se ha relajado. Ahí no hay excusas y si nos encontramos con una situación es cuando le cae la colleja porque evidentemente eso no puede pasar y es cuando pasan estas cosas que se aprende a mantener la intensidad desde el salto inicial hasta que suena la bocina.
Fabián: Yo creo que hay que seguir trabajando en la empatía. Tengo muy buena percepción en ese sentido pero considero que se debe incidir más. Aunque me duele más cuando el árbitro se le ve que está empezando y los entrenadores les aprietan, o los padres que se ponen muy dignos “¡cómo puede ser que esté arbitrando!” tenemos que ayudar, todos. Estamos en etapas de formación, para mí esto es inconcebible. Por otro lado opino que como juez, el árbitro debe tener un punto de empatía y sangre fría mayor que el resto, porque al fin y al cabo es la autoridad y es el último que debe perder la calma y en alguna ocasión hemos vivido situaciones en las que un árbitro no ha medido y ha abusado de esa autoridad. Ahí pienso que los comités deben hacer un trabajo mayor en cuanto a gestión de emociones con los árbitros.
Ernesto: Chicos, este me parece un buen punto para dejarlo por hoy. Muchas gracias a los dos por vuestra colaboración y por un rato más que agradable. Hasta pronto!!
A los lectores: gracias a todos aquellos que nos habéis dado una oportunidad y os habéis interesado por nuestros artículos, en muchas ocasiones compartiendo vuestras opiniones y generando un debate sano y constructivo. Si desde aquí he conseguido entreteneros ya me doy por satisfecho. Gracias también a todos los que habéis apoyado a Tiempo Muerto en este proyecto tan bonito e ilusionante. Os pido que sigáis confiando en ellos, el equipo humano es impresionante. Se merecen lo mejor y estoy convencido de que seguirán creciendo y que os seguirán informando y entreteniendo en todo lo relacionado a este gran deporte.
Al equipo de Tiempo Muerto: infinitas gracias por haber querido contar conmigo para vuestro proyecto. Era algo que jamás me habría planteado y os puedo asegurar que he aprendido y he disfrutado muchísimo. Gracias también por haber facilitado un espacio para el sector más olvidado de este deporte: los árbitros. De todo corazón, GRACIAS.
Hasta siempre.
Ernesto Olvera